miércoles, 4 de junio de 2008

Hace años guardé mi memoria en un cajón y no me acuerdo en cual. Más tarde escribí cosas para que no se me olvidaran, pero después he olvidado qué quería recordar y qué no, así que no valió para nada, nunca los he vuelto a leer.
Creo que a partir de ahora las voy a poner aquí. Esto es algo nuevo y extraño.


Vivo con mi aspiradora




Es de lo más aburrida, no hace nada de compañía. De vez en cuando me la encuentro y casi siempre en el sitio que más estorba. El otro día iba con el cubo y la fregona en una mano y una bañera con la ropa limpia en la otra dispuesto a emprender una necesaria tarea doméstica cuando me la encontré detrás de la puerta de la salita, así que la invité a desplazarse con una pequeña patada. Cayó en la torre de los cds creando una gran hecatombe. Por lo menos me sirvió para ver que el 90% de la música que guardo ahí es una mierda.

Si fuera verdad eso de "dime con quien andas y te diré quien eres" me sentiría fatal, pero he de decir que no tenemos nada ver el uno con el otro, si seguimos conviviendo es por un extraño sentido de la fidelidad.

A la hora de tener que poner un título al blog (odio ponerle título a las cosas) lo primero que me vino a la cabeza fueron las "Memorias de un amnésico" de Erik Satie. Una amiga me leyó la primera página del libro, decía algo así como que la primera vez que analizó un sonido fue un si bemol y que jamás había visto cosa más repugnante. Aquello me impactó. Luego no descubrí porqué llamó así al libro, parecía que se acordaba de muchas cosas ¿se las inventaría? Aquí el amnésico tiene mucho de cronopio.

No tener apenas memoria es diverdido, se suelen vivir las cosas como si siempre fuera la primera vez que suceden, aunque en ocasiones te pone en un compromiso y quedas fatal con la gente, como cuando mantienes una conversación con alguien con quien has hablado miles de veces, pero no sabes de qué le conoces. Me suele pasar con los camareros de los bares fuera de los bares.

Pero no se me olvida todo, hay cosas absurdas que no se me olvidan y otras importantísimas que tampoco, como por ejemplo lo que tengo en la nevera.

No hay comentarios: