domingo, 28 de noviembre de 2010

Que el mundo fue y será
una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis
y en el dos mil, también.
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
barones y dublés.
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo
todos manoseados.
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador...
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los ignorantes nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, Rey de Bastos,
caradura o polizón.
¡Qué falta de respeto,
qué atropello a la razón!
Cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón...
Mezclao con Stravisky
va Don Bosco y La Mignon,
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
junto a un calefón.
Siglo veinte, cambalache
problemático y febril...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
¡Dale, nomás...!
¡Dale, que va...!
¡Que allá en el Horno
nos vamo’a encontrar...!
No pienses más; sentate a un lao,
que ha nadie importa si naciste honrao...
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura,
o está fuera de la ley...

Cambalache, tango, de Enrique Santos Discépolos.

sábado, 27 de noviembre de 2010


Jo! voy a terminar chalado, llevo todo el día estudiando y comiendo chicles de menta, eso si he descubierto en internet de qué están hechos. Son de acetato de polivinilo o de copolimerizado isobutileno-isopreno. Ahora entiendo por qué me gustan.

viernes, 26 de noviembre de 2010

En realidad las cosas se pueden ver de formas diferentes. Y si, hoy es un buen día pero han faltado algunas cosas. Por mencionar solo algo, sigo sin elaborar los proyectos para presentar en El Cairo.
Hoy, un día buenísimo, alejadísimo, cada vez más, del trabajo en el periódico, se me olvida que todavía me pueden encargar algún tema. Ya tengo esa sensación de que quedó atrás, ya no me sirve, así que lo estoy eliminando ¡Qué liberación! Al final siento el mismo asco que ya había pasado en ocasiones parecidas.
Hoy empezó con una visita al médico, que al final lo que ha hecho ha sido coinfirmarme lo que pensaba. Lo bueno es que identifica las sensaciones que tienes, las organiza y además le pone un remedio. No es lo mismo tomarte una pastilla que una planta, estoy seguro que las plantas están mucho más en sintonía con mi cuerpo que una cosa artificial y ahora lo que quiero es estar en sintonía, precisamente se trata de eso. Al fin y al cabo lo que estoy haciendo estos días es reconciliándome con mi naturaleza y reencontrarme.
Además he pasado el día con Violeta, he vuelto a casa, he dormido lo justito y he tenido taller en Jerez. Así que bien.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Está en la puta calle, haciendo el intento de caminar sobre la línea del arcén pero sin lograrlo. De vez en cuando se refleja la luz roja de algún semáforo en ella y de pronto intenta cruzar al otro lado pero desiste al tropezar con nada y entonces continúa por la misma línea. Hace mucho frío y no hay motos en la calle hay mucha luz por culpa de las farolas y los escaparates la luz viene de todas partes. Molesta mucho. Sin embargo el ruido no molesta, no hay sonidos, bueno si hay fuera de él pero no le llegan. Le sangran los oídos, mucho, la sangre le empapa el cuello de la camisa de tal manera que lo tiene pegado a la piel, es algo repugnante pero ni lo sabe, además huele muy mal a podrido. Siempre le pasa igual, cuando le sangran los oídos no se da cuenta hasta el día siguiente, cuando tiene que ir a la delegación a trabajar, esos días tiene que ducharse y siempre llega tarde.
Tiene ochenta y dos años y será por ello que algunas noches se le olvida dormir, entonces se viste con su única ropa y sale a la calle a seguir la línea. No le importa no tener más ropa que esa, un pantalón un calcetín un calzoncillo y tres camisas. Siempre se pone toda la ropa que tiene y en verano cambia el orden en que se pone las camisas, que antes eran de diferentes colores pero que ya no, ahora son todas del mismo color marrón. Cuando tenía cuatro camisas, hace ya más de cincuenta años, las lavó pero se le perdió una de ellas al no reconocerla, así que no volvió a lavarlas por miedo a perder alguna más.

jueves, 18 de noviembre de 2010


Hace un año dejé de fumar y hace el mismo tiempo que empecé a masticar chicles Orbit. Hay veces que tengo ganas, muchas ganas de fumar, entonces no mastico chicle, me parece una mierda eso de masticar chicle, sólo lo hago cuando no tengo ganas de fumar y me parece estupendo maticar chicle Orbit. Ahora tengo muchas ganas de fumar pero en realidad es mentira porque si lo hiciera vomitaría estoy seguro, me daría un asco horrible y horroroso. Y sí, ahora la neurona de fumar me dice que tengo ganas de fumar, pero no es eso. En realidad lo que pasa es que es una neurora (Octavia se llama) que no se entera de nada.

Cuando sabes de qué tienes ganas en realidad todo es mucho más gustoso y se te olvidan las ganas de fumar. El viaje que he comenzado me proporciona inquietud mezclada con la angustia que proporciona la convivencia con lo antiguo. Todo se basa en la Confianza, si, desde luego, y también en la ausencia de "compasiones inútiles". La compasión es algo que nunca he matado, es algo que llevo grabado a fuego y doloroso de arrancar. La confianza es valentía, es limpiarse, sacarse las máscaras, dejar atrás otro peldaño, confianza en la naturaleza, volver a ella y disolverse, y luego ya se verá.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿Estará prohibido hacer fotos conduciendo? Eso no me lo enseñaron en la autoescuela, en verdad da igual porque creo que han prohibido un montón de cosas desde entonces. La cosa es que hay cosas que las personas humanas no deberíamos hacer y tomar fotos mientras conduces no es la única.



































En realidad lo que me gusta de esta foto es que no tiene nada que ver conmigo. La hice yo porque está en mi movil y me acuerdo de cuando la tomé, me acuerdo del momento si. Es una de otras que tengo grabadas en la tarjeta del movil, hay otras muchas fotos de coches de El Cairo, me acuerdo de cuando tomé casi todas ellas. También me acuerdo de cuando no hacía fotos, sólo miraba y de cuando las hacían otros por mí, los recuerdos son una cosa rara, por eso recuerdo poco. Uno te lleva a otro. A veces es mejor no tener el primer recuerdo pero otras estás deseando que pase una película determinada por tus ojos de ver recuerdos. Me gusta recordar lo que me gusta y a veces me gusta recordarlo como se recuerda un sueño. Al fin y al cabo los sueños son tuyos y haces con ellos lo que quires, hasta olvidarlos. Creo que cuando olvidas algo desaparece. Una vez olvidé donde estaba aparcado el coche y desapareció, ya no existía, tuve que ir en autobús porque llovía, cosa que agradecí. A veces olvido sin olvidar, claro que eso no es olvidar, pero se parece. Es como hacerse el tonto con uno mismo, si lo que se olvida sin olvidar es una persona, mal asunto, creo que no hay que olvidar a las personas sin olvidarlas, es una falta de respeto. A una persona se la olvida o no se la olvida. Creo que lo que me pasa cundo olvido a una persona sin olvidarla es que me cae mal pero me gustaría que me cayera bien, y esto es bien tonto pero a veces me pasa. A estas personas olvidadas sin haberlas olvidado no suelo volver a verlas pero las recuerdo. Una vez me pasó que volví a ver a una de ellas pero fue algo raro, era y no era al mismo tiempo.