lunes, 26 de septiembre de 2011

Después de diez millones de horas llegué al hotel de El Cairo. ¡¡No tiene cucarachas!! Se agradece.
Es una azotea a la que le han salido habitaciones por todos lados, es genial. Además tengo un gatito siempre en la puerta de mi casa.  
Tampoco tiene sábana de arriba la cama, pero no pasa nada porque me lo imaginaba y llevo una en la maleta, aunque la verdad es que no hace falta porque en la habitación hace un calor importante. Sí que hace falta ahuyentamosquitos porque en el rato que llevo aquí tengo 5 picaduras identificadas, mas dos del tren de esta mañana,


pero no pasa nada porque también tengo en la maleta, que pesaba 21,5 kg en báscula del aeropuerto, eso marcaba el numerito mientras la que despachaba me daba la tarjeta de embarque con cara de orto (ella, no la tarjeta).

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