domingo, 18 de marzo de 2012



La ansiedad normal, la que no es patológica, es un ángel guardián. Es una emoción adaptativa e imprescindible para la vida, previne de los peligros, la patológica es un ángel caído. (1)

Una de las características de la ansiedad normal, la buena, la adaptativa es que no tiene un lenguaje no verbal definido, toma prestado del miedo los elementos emocionales, del estrés el sistema de activación y afrontamiento y del resto de procesos, diferentes recursos, que optimiza.

Se desencadena como respuesta a una situación amenazante, de expectativa de peligro, pero no de peligro real por lo que no se desencadena la emoción de miedo, sino que se moviliza el estrés y éste desencadena un análisis emocional de la situación.
Preocupación, inseguridad, aprensión, tensión, temor, nerviosismo, malestar, anticipación de peligro o amenaza.
Hace ahora un año justo que respiré la ansiedad entre la gente. La emoción vivida de forma que hasta entonces nunca se me había pegado a la piel una emoción que realmente era un ángel, no era de nadie. Aquél día la gente estábamos juntos, a muchos, a casi nadie, nunca los volveré a ver, pero tengo la sensación, que en muy pocas ocasiones he vivido, de que esos días había una emoción compartida, de que  habíamos abierto la puerta y dejábamos que nos visitaran y que por lo menos el recuerdo de esa visita se quedó flotando para siempre.


(1) Psicología de la Emoción,  Fernández-Abascal E. G., et al. Ed. Ramón Areces. 2011.

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