miércoles, 27 de mayo de 2009

No me pude resistir. Ahí estaban. ¡Iban al Rocío! Esta vez me las encontré sin querer, con sus trajes mondos y lirondos, llenando de color y alegría el paso de cebras de la Cuesta de las Calesas. Eso sí, en cuanto se puso en verde el semáforo apreté el acelerador  y salí por patas.

2 comentarios:

román ríos dijo...

jajajaj... me parto...
que arte tienes edu

Pedro Espinosa dijo...

Como la famosa frase de Libertad Paloma en "El día que me casé", miedo me dan. Creo que iban a por ti. Hoy no salgas a la calle que vuelven del Rocio... Estamos contigo, tío.