Llegué al Cairo el día cuatro, por lo tanto llevo aquí seis días ya. El tiempo corre que es una barbaridad, va a más de cien kilómetros por hora, por lo menos. Ayer empecé con el trabajo que vengo a hacer, o sea un taller de fotografía. Todo es fantástico, los alumnos un encanto, son niños prácticamente, eso sí, niños ocupadísimos, tanto que casi no tienen tiempo de venir al taller, es más, me siento un privilegiado que me dediquen un rato. Cuando ya no estás seguro si vendrá alguno por que casi ha pasado una hora desde que tenía que empezar la clase llegan todos juntos y al cabo de un rato empiezan a irse poco a poco porque tienen que trabajar, tienen que hacer cosas que jamas me enteraré de qué se tratan ya que la traductora muchas veces no ve conveniente hacer una traducción completa, con lo que en ocasiones tengo que luchar con una cierta tendencia a sentirme como un panoli.
De momento no puedo subir fotos al blog porque no puedo pero ya lo intentaré en otro momento. Bueno se supone que ya empieza el taller, así que me voy a esperar con muchísima esperanza de que lleguen antes de que se vayan.
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