La ansiedad normal, la que no es patológica, es un ángel
guardián. Es una emoción adaptativa e imprescindible para la vida, previne de
los peligros, la patológica es un ángel caído. (1)
Una de las características de la ansiedad normal, la buena,
la adaptativa es que no tiene un lenguaje no verbal definido, toma prestado del
miedo los elementos emocionales, del estrés el sistema de activación y
afrontamiento y del resto de procesos, diferentes recursos, que optimiza.
Se desencadena como respuesta a una situación amenazante, de
expectativa de peligro, pero no de peligro real por lo que no se desencadena la
emoción de miedo, sino que se moviliza el estrés y éste desencadena un análisis
emocional de la situación.
Preocupación, inseguridad, aprensión, tensión, temor,
nerviosismo, malestar, anticipación de peligro o amenaza.
Hace ahora un año
justo que respiré la ansiedad entre la gente. La emoción vivida de forma que hasta
entonces nunca se me había pegado a la piel una emoción que realmente era un
ángel, no era de nadie. Aquél día la gente estábamos juntos, a muchos, a casi
nadie, nunca los volveré a ver, pero tengo la sensación, que en muy pocas
ocasiones he vivido, de que esos días había una emoción compartida, de que habíamos abierto la puerta y dejábamos que nos visitaran y que por lo
menos el recuerdo de esa visita se quedó flotando para siempre.
(1) Psicología de la Emoción, Fernández-Abascal E. G., et al. Ed. Ramón Areces. 2011.
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